El día siguiente apareció frío y con nubes de tormenta, por lo que ambos, tras una pequeña pero acalorada discusión, optaron por buscar información y dejar el aprendizaje de la magia para otro momento o día.
En más de una ocasión Shena le preguntó a dónde irían durante el desayuno, pero él simplemente se dedicó a evitar responder ésta pregunta sacando a luz otro tema que a Shena le interesaba también. A la tercera vez se exasperó.
-¿Y a dónde vamos a ir?-preguntó cortando lo que Kian estaba diciendo en ese momento.
-Bueno, iremos a la plaza del pueblo. ¿Sabes que uno de los conjuros más poderosos del elemento tierra trata sobre abrir la tierra en dos?-la distrajo de nuevo.
-¿Ah sí?- Shena se muerde la lengua para no preguntar a pesar de que se muere por hacerlo- Algún día intentaré aprender a hacerlo. ¿Y a qué lugar iremos allí?
Kian le mira sin saber si reír y darse por vencido o seguir aludiendo esa pregunta.
Finalmente y para la rabia de Shena, opta por lo segundo.
-Ya lo verás.
***
Kian todavía no estaba del todo seguro de llevar allí a Shena, puede que ella interpretara todo aquello mal. Y no le gusta estar inseguro.
Ambos habían optado por dejar hoy a los unicornios en las cuadras y a vestirse de manera que no llamaran demasiado la atención, puesto que eso lo pondría todo más difícil.
Kian vestía la ropa normal de un mensajero y Shena, bueno esto le sorprendió, iba vestida como una simple limpiadora o ama de casa. Quizás pensó que vestiría algo más refinado, pero le sorprendió aquello.
Igual que aún está impactado de cuando descubrió que ella es la única Hada de la Noche que queda. Debe de ser horrible.
Por eso nunca saca a colación ese tema. Dedujo acertadamente que eso la opone tensa e incómoda.
Pero sabe que debe decirle que al usar el conjuro para cambiar su aspecto, la fuerza de su otra magia disminuye puesto que parte de su concentración sigue puesta en ese conjuro. Pronto se lo dirá. Aunque no cree que eso cambie algo.
Echó un vistazo a Shena que iba en silencio a su lado, no había dicho una palabra desde que salieron de la posada. Sonrió ante el recuerdo de la obstinación de la chica por saber a dónde iban a ir y cómo intentaba resistir a sus cambios de tema. Aunque al final desistió.
-Vamos a ir a casa de mi otro amigo que participará en el torneo con nosotros.-le revela finalmente tras haber comprobado la paciencia de ella al llegar a la plaza y no haber soltado prenda.
-¿Dónde se encuentra?-pregunta casi directamente después de haber oído lo que Kian dijo. Sonrió ante ello. Cuando quiere, Shena puede evitar mostrar sus sentimientos y emociones.
Tomó nota de ello.
***
Se desilusionó levemente cuando Kian le dijo aquello, de veras esperaba encontrar información sobre ella misma.
Pero conocer con quien participarán en el torneo antes de lo esperado avivó la curiosidad de Shena.
-Aún queda algo de camino.-responde él con una sonrisa traviesa.
-¿Entonces por qué no nos vinimos con los unicornios?
-Porque los unicornios atraen la mirada de los transeúntes e incluso si hay por aquí algún otro participante del torneo podrían seguirnos, así es más fácil y menos complicado.
Shena rumió esas palabras mientras caminaban por un pequeño y estrecho sendero.
-¿Tu amigo es perseguido por la ley?-pregunta algo escéptica. La sonora carcajada que Kian soltó le hizo dar un ligero salto. No lo esperaba.
-Que va-dice tras el ataque de risa, del que Shena no entendía la razón.- podría decirse que no le gustan demasiado las visitas.
Shena asintió no del todo convencida, un gesto que pasó desapercibido por Kian al estar él delante de ella.
Siguieron adentrándose más en el bosque, aunque los árboles que les rodeaban los acogían con gusto, algo en el habiente le pone los pelos de la nuca de punta a Shena.
-Esto no es normal, algo va a pasar.-masculla para Kian, quien para y se da la espalda para mirarla con una ceja arqueada.
-¿Te da miedo el bosque?-preguntó acercándose demasiado a ella para su gusto y comodidad.
-N-no es eso…es el ambiente que hay. Creo que va a pasar algo.-logra decir sin apenas tartamudear y mirando a todas partes menos a él, sintiendo como el calor se acumula lentamente en sus mejillas sin permiso alguno.
Ante lo que ella ha dicho desconecta de lo que está haciendo y observa con atención a su alrededor. Está tenso y eso sólo pone más nerviosa a Shena.
-Vámonos.-exclamó haciendo que Shena se sobresaltara.
-De acuerdo…-asintió ella siguiéndolo mientras aceleraban del ritmo tranquilo que llevaban antes.
Ella tiene un mal presentimiento, espera que lleguen antes de que ese sentimiento ocurra.